Prosa.
Un momento de inspiración (2)
Por Carlos A. Baella
(Citado por Efrain Nuñez Huallpayunca)
“No hay lucha más cruel ni martirio más intenso, que cuando la razón se opone al sentimiento. Lucha que se libra en campo hermano, entre partes constituyentes de un mismo ser, y que por un sarcasmo de la naturaleza van a herir a quien las vivifica y determina: el alma”.
“La ciencia por la luz busca la verdad; la fe por el misterio, el sentimiento; y el amor por la ilusión, la esclavitud”.
Un solo movimiento
(Citado por Efrain Nuñez Huallpayunca)
Había una vez un muchacho de 10 años que había sufrido un trágico accidente y a consecuencia de esto le tuvieron que amputar el brazo izquierdo.
El muchacho se recuperó y luego decidió aprender el judo. Su Sensai (maestro) era un anciano chino experto en este arte marcial.
El muchacho aprendió rápidamente, pero después de tres meses, sólo había aprendido un movimiento. Él le pidió entonces a su maestro que le enseñara más movimientos. El sabio Sensai le dijo que esto era todo lo que él necesitaría aprender.
Poco después, el muchacho entró en un torneo donde rápidamente logró calificar en los juegos semifinales frente a su rival que era más grande y más experimentado. No parecía que el muchacho pudiese ganar. Después de una larga lucha, su oponente empezó a perder la concentración. Rápidamente, el muchacho aprovechó esto y logró tirar al suelo a su superior rival.
En el camino a casa, el muchacho le preguntó a su Sensai.
- ¿Cómo fue que pude ganar con sólo un movimiento? El Sensai le contestó:
- Tú has logrado casi dominar uno de los movimientos más difíciles en todo el judo. Y, la única defensa contra ese movimiento, era que tu rival te agarrase de tu brazo izquierdo.
A veces tu debilidad más grande puede convertirse en tu mayor fuerza. Sé honesto contigo mismo y descúbrela.