El dolor del mineral
“El chuyasino”
Vestí al Inca, belleza le di al Coricancha y a otras culturas,
todo era armonioso hasta hace quinientos años,
pero llegaron unos invasores en nombre de Dios
y empezó mi desdicha que, hasta ahora, no termina.
Óyeme tu minero:
Dáme el mismo amor que recibía hace cinco siglos
no te das cuenta, que al extranjero no quiero,
pues tampoco quiero quedarme hasta la eternidad enterrado
sino, quiero dar la vuelta al mundo por los aires
o hacer exploraciones espaciales llevando en alto nuestra bandera
y ver de cerca de mi padre el Inti, que todos los días se siente afligido
al ver cómo me extraen contra mi voluntad
haciéndole daño a la Pachamama
y mis hermanos los campesinos que no tienen nada que ver.
Minero, minero, yo sé que eres de buen corazón
al igual que tú, también quiero aportar al desarrollo nacional
para recuperar nuestra hegemonía del pacifico sur
que un país nos la arrebató
pero no quiero que seas un minero tradicional
sino, que rompa los esquemas
para la gran transformación como lo hizo Pachacutec.
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Anonimo -